- Los aguacates son símbolo de la estabilidad social y económica para más de 30,000 agricultores con pequeños huertos en México.
Por Ana Ambrosi para el Avocado Institute of Mexico
Contenido original: https://partners.wsj.com/avocado-institute/investing-in-avocados/the-fruitful-livelihood-of-mexican-avocado-farmers/
César Manuel Olivares se mudó con su familia a Uruapan hace 13 años, buscando una nueva oportunidad. En Uruapan, esta oportunidad es redonda, verde y crece en los árboles todo el año.
Uruapan: la segunda ciudad más grande del estado de Michoacán, es el epicentro económico del comercio de aguacate en México. Cada año, más de 2 mil millones de libras de aguacates de Michoacán se cosechan, empaquetan y exportan a Estados Unidos para satisfacer la creciente demanda. Pero, a pesar de su enorme volumen de exportación, la industria aguacatera mexicana no es una mega corporación.
Casi 42 kilómetros al noroeste de Uruapan, se encuentra un pequeño pueblo llamado Zacán, en el municipio de Los Reyes, donde Olivares tiene una huerta aguacatera de 10 acres. Esa cantidad puede parecer pequeña en comparación con una granja estadounidense promedio, pero de hecho, la mayoría de los huertos de aguacate en Michoacán tienen menos de la mitad de ese tamaño.
César es uno de los 30,000 agricultores en Michoacán que poseen y operan pequeños huertos de aguacate. Algunas de estas huertas son ejidos, o propiedades compartidas, administradas por una comunidad de vecinos productores. Pero, en la mayoría de los casos, el cultivo de aguacate es un negocio familiar. Olivares, por ejemplo, administra su huerto con César Jr., su hijo.
– Es el legado que quiero dejar a mi familia” – dice.
¿Por qué la agricultura responsable es la clave?
El cultivo de aguacate no siempre fue una vocación tan estable y sostenible como lo es hoy. De hecho, los aguacates mexicanos ni siquiera podían exportarse a los Estados Unidos hasta 1997. Un acuerdo histórico entre los departamentos agrícolas de México y Estados Unidos derivó en la creación de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM), una asociación civil sin fines de lucro.
Aunque su huerto es una propiedad privada, Olivares está unido a otros agricultores mexicanos de aguacate a través de APEAM. De esta manera, los productores pueden integrar sus aguacates a una cadena de suministro sistematizada que prospera cuando lo hacen sus contribuyentes, creando una simbiosis económica y social. Para preservar el legado para sus hijos, Olivares tiene especial cuidado en garantizar que su huerto cumpla con los estándares de seguridad, eficiencia y sostenibilidad de toda la industria.
– APEAM brinda a los pequeños productores, como yo, consejos y pautas sobre prácticas agrícolas responsables – indicó Olivares.
La certificación de exportación incluye el seguimiento a las prácticas de sostenibilidad en la huerta para garantizar el uso adecuado de agua y agroquímicos, pero Olivares dice que cuidar la tierra es una parte importante de la vocación del productor de aguacate. Su huerta, como muchas otras en Michoacán, depende completamente de la lluvia para el riego.
“Los aguacates han mejorado dramáticamente nuestra calidad de vida. Se siente en toda la comunidad”
César Manuel Olivares, productor de aguacate michoacano
Los métodos de riego natural son comunes en la industria mexicana del aguacate: alrededor de 61% de los huertos de aguacate en Michoacán dependen de la lluvia como fuente principal de riego, el otro 36% depende del riego por microaspersión y goteo. Estas prácticas sostenibles protegen el suelo del que dependen los árboles de aguacate para cultivar sus frutos. “El suelo erosionado no te dará frutos en el largo plazo”, señaló Olivares.
Invertir en la comunidad
Los huertos de aguacate alrededor de Uruapan se encuentran en el corazón del Cinturón Volcánico Transmexicano, un área rica en suelo volcánico que proporciona a los árboles valiosos nutrientes junto con un clima estable y una topografía montañosa. Los árboles de aguacate florecen durante todo el año en Michoacán, siendo la única región que envía aguacates Hass a Estados Unidos los 365 días del año. Para los productores de aguacate es imperativo preservar las cualidades “mágicas” de la región. Y cuando cuidan adecuadamente la tierra, comparten su prosperidad.
– Ha sido una buena inversión – señala Olivares. – Se necesita mucho trabajo para cultivar aguacates y cuidar árboles de aguacate, pero también es muy gratificante.
El cumplimiento al que se refiere Olivares es más que financiero. El negocio de su familia ayuda a impulsar la economía local: tan sólo en Zacán pueden ver sus beneficios, pues su trabajo trae lo que Olivares llama “estabilidad social” a su comunidad.
A través de alianzas, la industria también ha invertido en educación, beneficiando a 7,839 niños, en 24 escuelas, pertenecientes a 15 municipios. Si bien Michoacán alguna vez fue uno de los estados de origen más importantes de trabajadores mexicanos migrantes en Estados Unidos, la floreciente industria aguacatera ha creado, aproximadamente, 78mil empleos directos y permanentes desde 1997. Este tipo de estabilidad hace que cultivar aguacate en Uruapan sea una profesión gratificante.
– Los aguacates han mejorado dramáticamente nuestra calidad de vida, indicó Olivares, se siente en toda la comunidad.
El negocio se ha vuelto cada vez más viable a medida que la demanda de aguacates continúa aumentando en Estados Unidos cada año, lo que hace que la fruta sea económicamente beneficiosa tanto para el país del norte como para México. La industria aporta más de 2 mil millones en ingresos laborales en los Estados Unidos y más de 33mil empleos, de acuerdo con el Texas A&M Economic Report.
Desde el 2013, el consumo anual de aguacates mexicanos en los Estados Unidos se ha más que duplicado: 8 de cada 10 aguacates en ese país provienen de México.
El contenido de Wall Street Journal es una unidad del Departamento de Publicidad de The Wall Street Journal. La organización de noticias Wall Street Journal no participó en la creación de este contenido.