De acuerdo con un artículo de Business Insider, de diez toneladas de aguacate que se producen en México, al menos una se desecha por no cumplir con las características para exportarlo. Otro dato de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) del país, refiere incluso que el 54% de la fruta que se cosecha al año no se aprovecha en su totalidad debido a que se madura (2) y sale de anaquel, sin embargo, los residuos de esta extraordinaria fruta se pueden aprovechar de diferentes maneras para evitar su desperdicio.

Especialistas de distintas instituciones desarrollan líneas de investigación con el objetivo de aprovechar los desechos que se generan durante el proceso de producción del aguacate. Por ejemplo, desde hace más de tres años, el científico Agustino Martínez Antonio y su equipo, trabajan en la Unidad Irapuato del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, en el análisis de la semilla del popular fruto para generar distintos productos a partir de sus componentes.

Los investigadores lograron producir ácido láctico a partir de los componentes de la semilla y su combinación con otros elementos orgánicos (como la bacteria E.colli genéticamente modificada por el equipo de Alfredo Martínez Jiménez en el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México) (3). El compuesto se usa para fabricar plásticos biodegradables, además de productos farmacéuticos y cosméticos.

Otra forma en que se puede aprovechar la semilla de aguacate es la producción de bioetanol (que se usa como combustible para transporte o para generar electricidad), como lo hizo en una investigación el químico Luis Caballero para su tesis  de maestría en Ciencias de Ingeniería Química en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. 

“El desecho principal de la industria de procesamiento de aguacate es su semilla, la cual constituye el 15% del peso total del fruto [y] es una fuente rica en almidón” (4). Lo que propone el investigador es un método para extraer esta última sustancia, convertirla en glucosa y luego en etanol, que es la presentación final del combustible.

Los sectores mexicanos de belleza, salud y alimentaria también pueden beneficiarse de los residuos industriales del aguacate a partir de la producción de aceite, como ocurre con el caso de emprendimiento del estudiante michoacano Johnny Guillén, quien creó una compañía que produce y comercializa este producto a partir de la fruta que por su grado de maduración ya no se vende. Su principal objetivo es reducir el desperdicio generado en la industria aguacatera (5).