En lo alto de los bosques de pino de tierras altas, como las de Michoacán, vive el pavito alas negras (Myioborus miniatus) (1), una ave negra con pecho y capucha rojo-anaranjado (2). Específicamente habita en la localidad de Irícuaro, dentro de una Área Natural Protegida del municipio de Salvador Escalante. Es una de las 365 especies de fauna de la zona que se benefician de nuestro Programa Reforesta (3). 

 La preservación de los bosques de la región aguacatera de la entidad para mantener los beneficios que proveen sus ecosistemas y mejorar la calidad del suelo, aire, agua, así como la regulación de la temperatura, es uno de nuestros focos de atención en la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM).

Desde 2011, pusimos en marcha el Programa APEAM Reforesta, a través del cual distribuimos plantas para siembra en zonas específicas con el apoyo de nuestros asociados productores para la recuperación de áreas forestales dentro de los huertos aguacateros y predios aledaños como una forma de protección y mejoramiento ambiental. 

Una de las comunidades beneficiadas es Irícuaro, antes mencionada, que cuenta con un ejido del mismo nombre, en el cual se realizó una Plantación Comercial Forestal (que son cultivos de especies arbóreas de rápido crecimiento o alto valor, con el fin de vender sus productos) (4) con el apoyo de la Comisión Nacional Forestal. Se estima que las plantas sembradas ahí proporcionarán diversos beneficios no sólo ambientales, sino también sociales en la región y para determinarlos, en la APEAM llevamos a cabo un estudio que nos permitió realizar un diagnóstico de oportunidades (5).

La población del municipio de Salvador Escalante (alrededor de 265 habitantes) se encuentra en estado de pobreza en su mayoría y la tercera parte tiene rezago educativo. Sin embargo, la población joven (el 66% de las personas), entrará en un futuro próximo a una edad productiva, lo que representa una oportunidad de crecimiento para la región con base en distintas actividades cuyo potencial detectamos en el análisis mencionado. Por ejemplo, las plantaciones forestales que pueden ser redituables, permitirían llevar a cabo un manejo del bosque con un modelo económico más productivo, ya que la zona cuenta con 38 núcleos agrarios: tres comunidades indígenas y 35 ejidos.

El núcleo Agrario de Irícuaro pertenece a la subcuenca la Bacota, zona en la cual impactarán las actividades de reforestación que hemos llevado a cabo en una área que presenta rocas con elevada permeabilidad, lo que puede contribuir de manera importante en la recarga de los acuíferos subterráneos. Por otra parte, se encuentra en el límite de una superficie de degradación moderada del suelo y una zona sin degradación aparente. Por lo cual, las acciones de reforestación contribuirán a la protección del suelo, frenando el daño presente.

También detectamos la presencia de árboles frutales nativos de la región, como los tejocotes (Crataegus mexicana) y capulines (Prunus salicifolia), los cuales pueden ser utilizados en el diseño de sistemas agroforestales para un aprovechamiento integral adicional a la producción de carbón y resinas que ya se realiza. Esta es otra alternativa para el desarrollo sustentable de la zona.

Con base en las características geográficas, demográficas y sociales analizadas de Salvador Escalante e Irícuaro, hicimos una descripción de los beneficios que se pueden dimensionar para sus habitantes a partir de la reforestación. Por ejemplo, entre los ambientales, está la amortización de las afectaciones en áreas naturales protegidas, como la de “Cerro de San Miguel”, la recarga de mantos acuíferos y la regulación de la temperatura de la región.

En cuestión económica, las actividades productivas se podrían diversificar, como opciones, se podría vender madera, carbón, resina; o producir miel, pinos navideños; criar ganado o desarrollar el ecoturismo. Incluso si se logra reproducir la biodiversidad en la zona, podría desarrollarse la caza deportiva, lo que contribuiría a generar más recursos para la población. 

En cuanto al ámbito social, los habitantes del lugar tendrían más opciones laborales para incrementar sus recursos familiares y podrían realizar actividades de recreación como el ciclismo.

En la APEAM nos apegamos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas para 2030, como el número 15 sobre protección de la vida de ecosistemas terrestres y el 12, referente producción y consumo responsables, con base a nuestra adhesión al Pacto Mundial en México, por lo que seguiremos promoviendo un futuro sustentable de nuestra industria aguacatera.